sábado, 7 de diciembre de 2013

Nutrición en situaciones patológicas: SIDA

El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida es una infección vírica crónica producido por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), acompañado de un deterioro progresivo del sistema inmunitario, que da lugar a graves infecciones oportunistas. Éstas son infecciones ocasionadas por microorganismos habituales en nuestro entorno que generalmente no causan enfermedades, excepto en situaciones de inmunodepresión.

La alimentación contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico. Mantener unos hábitos alimentarios correctos es fundamental para nuestra salud en general y más aún si vivimos con el VIH, que puede deteriorar el sistema de defensa del organismo. Durante la evolución habitual de la infección por VIH se pueden pasar momentos en que resulta difícil alimentarse adecuadamente y con normalidad, a veces por fata de apetito cuando se tiene fiebre, o por olor al masticar o al tragar, por los habituales espisodios de diarrea o por otras causas relacionadas con el VIH o con sus tratamientos.

Es importante saber que los alimentos pueden contener microorganismos (bacterias, parásitos, etc.) potencialemnte peligrosos para una persona con un sistema de defensas comprometido y que pueden ser causa de enfermedades como la toxoplasmosis, la salmonelosis, u otras variadas infecciones intestinales.

Requerimientos nutricionales:

  • Agua:
Se recomienda beber de 2 a 3 litros diarios, y aumentar aún más su ingesta durante los procesos febriles o los episodios de diarrea. Algunos fármacos empleados contra el VIH como el Indinavir (Crixivan), exigen que se preste, si cabe mayor atención a la ingesta suficiente de líquidos, para reducri el riesgo de daño en el riñón.
  • Energía, hidratos de carbono, lípidos y proteínas:
Las recomendaciones son las mismas que para una persona sana. Sin embargo en situaciones de necesidades metabólicas aumentadas como infecciones y fiebre habrá que aumentar las calorías que se consuman en forma de hidratos de carbono y proteínas para prevenir la desnutrición.
  • Vitaminas y minerales:
Se deben tomar las mismas cantidades que en personas sanas. Una dieta equilibrada permite ingerir las cantidades diarias recomendadas de todas ellas. En caso de estados infecciosos y fiebre, debe aumentarse la ingesta, o tomar suplementos multivitamínicos.


Una dieta modelo debe contener:
  • Para desayunar:
Una ración de fruta (pieza de fruta de 130 gr.)
Una ración de galletas, pan, o bollería (50 - 80 gr.)
Ración de charcutería, pescado en aceite, queso (ración es igual a 60 - 65 gr.), aceite de oliva 10 cc y/o mermelada (20 gr.)
1 ración de Leche (200 cc)
  • Para comer:
1 ración de arroz (60 - 80 gr), pasta (60 - 80 gr), legumbre (50 - 80 gr), o patata (250 - 400 gr.)
1 ración de carne de pollo, ternera, buey (100 - 110 gr.) o pescado (120 - 130 gr.)
Ración de verdura como guarnición vegetal (150 - 175 gr.)
1 ración de fruta como ensalada verde, fruta fresca o ambas (130 gr.)
Ración de postre lácteo: yogures, requesón (60 - 80 gr.)
Ración pan, pasta, arroz, patatas o legumbres (50 - 80 gr)
  • Para merendar:
1 ración de galletas, pan o cereales y 1 ración de lácteos igualmente distribuida que en el desayuno.
  • Para cenar:
Ración de verduras (100 - 150 gr.) + ración de patata, pasta o pan (50 - 80 gr.)
1 ración de carne o pescado al igual que en la comida.
Ración de verdura verde.
Ración de fruta que podrá cambiar por postre lácteo.
Ración de pan (25 - 40 gr.)

Aceite para todo el día 50 cc.

Y para finalizar os dejo el siguiente Power Point de medidas higiénicas en la alimentación:




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