miércoles, 11 de diciembre de 2013

Dieta en el trasplante renal

En el periodo pretasplante, la dieta, el estilo de vida, la actividad física y el uso de medicamentos pueden ayudar a la corrección o mejoramiento de las complicaciones metabólicas que se pueden ayudar a la corrección o mejoramiento de las complicaciones metabólicas que se pueden presentar en dicho periodo, en especial, en estados de desnutrición, obesidad, hiperlipidemia, hipertrigliceridemia, hipercalcemia, hipertensión u osteodistrofia renal, ya que la presencia de éstas alteraciones en el paciente pretrasplante son predictoras de complicaciones metabólicas en el postrasplante.

En el período de postrasplante inmediato (4-6 semanas tras el trasplante) los medicamentos inmunosupresores y las altas dosis de corticoides contribuyen al catabolismo proteico de estos enfermos, a la pérdida de masa muscular y aumento de la infecciones y complicaciones con la herida quirúrgica.

Por ello, los objetivos serán los siguientes: aumentar el consumo de proteínas y calorías para contrarrestar el catabolismo proteico, mejorar la cicatrización de la herida quirúrgica, prevención de infecciones debido a que por la terapia inmunosupresora están más predispuestos a contagios oportunistas y al rechazo agudo (la gran preocupación en esta fase).



Características generales. Periodo postrasplante:

El paciente trasplantado presenta problemas nutritivos relacionados entre sí y por el nivel de la terapia esteroidea:

  • Obesidad: por el aumento de la ingesta alimentaria (menos restricciones, más apetito y bienestar tras el trasplante exitoso), sedentarismo, aumento del depósito de grasa por el uso de dosis altas de corticoesteroides, mejora de la anemia, presencia de enfermedad ósea que puede limitar su actividad física y disminuir el gasto energético. La obesidad influye en la enfermedad coronaria, en los lípidos sérico, eleva la presión arterial, predispone a la aparición de diabetes y dificulta la rehabilitación física.
  • Tendencia a la hiperlipoproteinemia: apareciendo hipercolesterolemia en un 77% de los casos e hipertrigliceridemia en un 44%. Los niveles bajos de HDL e hipertrigliceridemia son los principales predisponentes de enfermedad cardiovascular en estos pacientes.
  • Diabetes: tienen tendencia a desarrollarla como consecuencia de la terapia con ciclosporina y a la obesidad.
  • Hipertensión: pueden sufrir hipertensión si antes del trasplante eran personas hipertensas, así como también por recidiva de la enfermedad renal primaria, rechazo o crónico, estenosis de la arterial del injerto, terapia inmunosupresora (corticosteroides y ciclosporina), obesidad y dieta con exceso de sodio.
Los objetivos nutricionales se dirigen a:
  • Mantener las reservas proteicas viscerales.
  • Promover la cicatrización de las heridas.
  • Prevenir las infecciones.
  • Controlar el aporte calórico (obesidad)
  • Controlar el aporte lipídico (hiperlipoproteinemia).
  • Dieta de protección gástrica.
  • Alcanzar y mantener un buen estado nutricional.
  • Prevenir o mejorar la enfermedad ósea (osteoporosis).
  • Dar educación nutricional al paciente y su familia.
  • Promover la importancia de la actividad física permanente.

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