lunes, 16 de diciembre de 2013

Episodio 25: Trastornado alimentariamente (parte 3)

¡Buenas tardes! Hoy toca sesión doble de publicación de entradas. Soy Pablo Souto y mientras me zampo una tortilla, les escribo esta entrada. Siguiendo el reportaje sobre trastornos alimentarios, nos centramos en la bulimia, el otro gran trastorno conocido y al que vamos a destripar ahora mismo, ¡let´s go!

La bulimia es similar a la anorexia. En el caso de la bulimia, quien la padece se da grandes atracones de comida (come en exceso) y después trata de compensarlo con medidas drásticas, como el vómito inducido o el ejercicio físico en exceso para evitar subir de peso. Con el tiempo, esto puede resultar peligroso, tanto física como emocionalmente. También puede conducir a comportamientos compulsivos (es decir, comportamientos que son difíciles de evitar).
El diagnóstico de la bulimia se da cuando una persona recurre a los atracones y a la purga de manera regular, al menos dos veces por semana, durante un par de meses. Estos atracones no equivalen a situaciones como ir a una fiesta, comer cantidades excesivas de pizza y al día siguiente decidir ir al gimnasio y comer más sano.
Las personas bulímicas comen grandes cantidades de comida de golpe (generalmente comida chatarra) y suelen hacerlo a escondidas. Con frecuencia comen alimentos que no están cocidos o que aún están congelados, o sacan comida de la basura. Suelen sentir que no pueden dejar de comer y solo lo hacen cuando están demasiado llenos como para seguir comiendo. La mayoría de las personas que padecen bulimia luego recurren a los vómitos, a los laxantes o al ejercicio físico excesivo.
Si bien la anorexia y la bulimia son muy similares, las personas anoréxicas suelen ser muy flacas y suelen tener un peso inferior al normal. Por el contrario, las personas bulímicas pueden tener un peso normal o estar un poco excedidas de peso.
Las personas que comen en exceso de forma compulsiva luchan contra la ansiedad, la depresión y la soledad. El peso corporal puede variar aunque no todos los que tienen sobrepeso o incluso obesidad son necesariamente comedores compulsivos.
Algunas de las características de los atracones son:
•Comer lo que la mayoría de la gente consideraría una gran cantidad de alimentos
•Comer hasta el punto de sentirse incómodo.
•Consumir grandes cantidades de alimentos, incluso cuando no se está realmente hambriento
•Secretismo sobre qué se come y cuándo.
•Avergonzarse por la cantidad de alimentos ingeridos.
•Sentir repugnancia, depresión o culpabilidad por comer en exceso.
El vómito puede dar lugar a:•Enrojecimiento y ulceraciones en la mucosa interna de la boca.
•Pérdida del recubrimiento de los dientes debida a la erosión que origina el ácido gástrico expulsado por el vómito.
•Lesiones en la úvula debido a la presión ejercida por los dedos al provocar el vómito.
El ejercicio compulsivo forma parte del tipo de bulimia nerviosa en el que los afectados efectúan actividad física vigorosa o excesiva con el fin de quemar un hipotético exceso de calorías hasta el punto de resultar dañina o poco segura para la salud. La persona se siente forzada a ejercitarse para procurar reducir su ansiedad o culpabilidad o incluso pueden llegar a hacer ejercicio a pesar de estar enfermos o padecer cualquier lesión. Calculan lo que han comido y efectúan ejercicio sobre la cantidad de calorías ingeridas y por, lo general, siempre disponen de poca energía para ejecutar las actividades cotidianas debido a las calorías quemadas.
A menudo el premio se obtendrá de acuerdo con la apariencia obtenida lo que estimula a seguir trabajando el físico. Llevar su cuerpo al límite es a menudo el sistema que tienen de hacer salir sus emociones como rabia, depresión o frustración.

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