jueves, 12 de diciembre de 2013

La dieta mediterránea

La alimentación de los pueblos de la cuenca de Mediterránea, Grecia, Italia, España, Portugal, basada en la austeridad y los alientos autóctonos, se propone actualmente como modelo de dieta sabrosa, equilibrada y saludable. Insertada en una cultura y un modo de vivir diferente, propicia el disfrute de la vida y potencia la salud y el bienestar.

Comparando los países del área mediterránea con los de Europa central y del Norte, la dieta mediterránea se relaciona con el menor porcentaje de enfermedad cardiovascular y de cáncer que tienen los primeros. El estudio de los siete países reveló la relación directa entre los niveles de colesterol sanguíneos y la incidencia de infarto de miocardio, y entre la cantidad de grasas saturadas y los niveles de colesterol, así como la protección de los ácidos grasos insaturados en el riesgo de obstrucción de las arterias coronarias.

El Decálogo Europeo Contra el Cáncer contiene dos puntos relativos a la alimentación y que responden a la dieta mediterránea:

  • Coma frecuentemente frutas, verduras frescas y cereales, con alto contenido en fibra.
  • Evite el exceso de peso y limite el consumo de grasas.
El aceite de oliva, el más utilizado en la dieta mediterránea, es la clave de sus bondades y progresivamente se está considerando una medicina natural. Contiene un 80% de ácido oleico (monoinsaturado), un 13% de ácidos grasos saturados y un 7% de ácidos grasos poliinsaturados.

El aceite de oliva da más sabor a la comida, es colerético y colagogo y resistente a la oxidación soportando mejor altas temperaturas de fritura (200ºC) que los aceites de semillas. El preferido es el aceite de oliva virgen de primer prensado en frío.

El pescado, elemento básico en la alimentación de los esquimales de Groenlandia, era el factor responsable de la casi nula incidencia de enfermedades cardiovasculares que tenían. Los ácidos poliinsaturados de la seria omega-3, abundantes en los pescados grasos (pescados azules presentes en la dieta mediterránea), determinan muy bajos niveles de lipoproteinas de baja densidad (LDL), además de tener acción antiagregante, vasodilatadora y antiinflamatoria.

Las frutas,, legumbres, verduras, hortalizas, pastas al dente y cereales integrales son básicos en la alimentación mediterránea. Son alimentos de bajo índice glucémico (la glucosa se libera paulatinamente en la corriente sanguínea), ricos en fibra (limita y retarda la absorción de la glucosa y el colesterol). La forma de vida actual, más acelerada y con menos tiempo para disfrutar de la comida, se suma a la presión publicitaria de las industrias alimentarias y da lugar a que la población más joven sustituya en parte la dieta tradicional por la dieta anglosajona, más cómoda y rápida, pero menos saludable.


Importancia de la alimentación y su relación con la salud:

El nivel de salud-enfermedad de un país o región va ligado a múltiples factores: el estilo de vida (actividad física, estrés, tabaco, alcohol), patrones alimentarios y susceptibilidad individual o tendencia genética de las personas.

Los hábitos alimentarios, a lo largo de la vida, pueden modelar la calidad e incluso la duración de la misma, como factor determinante en la prevención y en la curación de las enfermedades. Cada vez es mayor el interés por saber qué alimentos debemos tomar y en qué cantidad, ara asegurrnos una alimentación que favorezca nuestra salud, sin dejarse influir por la publicidad consumista, la propaganda pseudocientífica  o los viejos y erróneos conceptos al abrigo de la tradición.

Hay muchas formas de alimentarse pero solo una de nutrirse, y todas son buenas si aportan al organismo los nutrientes necesarios. La cultura de cada pueblo ha desarrollado una gastronomía propia, fruto de la sabiduría de muchas generaciones, acorde con sus características, gustos, costumbres y posibilidades. La importancia de la alimentación viene dada porque satisface una necesidad básica del ser humano, para la formación y conservación de la vida.

Un buen estado de nutrición es el resultado del equilibrio entre el ingreso y el gasto de nutrientes. Está directamente relacionado con un completo estado de salud físico, mental y social, así como con la prevención de enfermedades. Socialmente es un medio para mejorar la productividad, el desarrollo económico y el bienestar de la población. Además, comer es un placer "de todos los tiempos y todas las edades, el último que nos queda cuanto todos los demás nos han abandonado" y favorece las relaciones sociales.

Y para saber más os dejo este vídeo de la dieta mediterránea y sus beneficios:


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