domingo, 8 de diciembre de 2013

Malnutrición

Resulta contradictorio que a pesar del avance en los medios de producción de los países desarrollados y la abundancia de alimentos, un parte de la población sufre y muere de "hambre". Entre las enfermedades derivadas de un déficit de aporte nutritivo, destaca por su incidencia y por la mortalidad que provoca, la desnutrición. Aunque especialmente está presente en los países subdesarrollados, desde hace unos años, ha adquirido una relevancia especial dentro de la población hospitalaria, al demostrar de forma clara su efecto negativo en los índices de morbi-mortalidad.

Es verdad que cada vez se va dando más importancia al hecho de la nutrición en los paciente, pero es un hecho que la malnutrición continúa en cotas altas, debido a la falta de utilización de terapias nutricionales convenientes, y de adecuadas técnicas de valoración nutricional.

La malnutrición se diagnostica mediante la valoración antropométrica y bioquímica. El tratamiento debe iniciarse, una vez que se ha valorado y clasificado. La malnutrición puede clasificarse atendiendo a criterios de tipo etiológico (primaria o secundaria), de intensidad (leve, moderada y grave) y finalmente a criterios clínicos que es la más útil en la práctica diaria.

Causas de malnutrición

El organismo humano necesita del aporte diario de sustancias energéticas y plásticas que le permitan realizar sus funciones vitales y mantener la vida. La única forma de conseguirlo es por medio de los alimentos. Es por ello que la causa de la desnutrición es un balance inadecuado entre el ingreso y el gasto de energía y nutrientes.

Las causas de malnutrición son variadas y progresivas, constituyendo un esquema paulatino de deficiencias nutricionales:

  • La alimentación insuficiente y/o malabsorción y/o disminución del aprovechamiento y/o transporte defectuosos en el organismo y/o aumento de la excreción y/o incremento de las necesidades lleva consigo: Una concentración de la concentración tisular de los nutrientes, lo que conlleva anomalías bioquímicas, que denotan el grado de desnutrición. Cuando en un individuo se dan las circunstancias A, B y C, aparecen los síntomas clínicos. Estos ya son perceptibles a simple vista y denotan que se ha pasado por alto, alguno de los apartados anteriores. En este grupo ya es urgente la terapia nutricional.
El personal de enfermería debe ser consciente de que cuando atiende a un paciente con una patología que conlleva alguno de los signos incluido en el apartado A, se corre el riesgo de que se sucedan cada uno de los apartados posteriores. Por ello, ha de permanecer alerta y saber identificarlos a tiempo.

Entre los mecanismos que pueden hacer aparecer una malnutrición cabe citar la dificultad o incapacidad para ingerir alimentos, digerirlos, asimilarlos, eliminar los productos de desecho y metabolizar los nutrientes asimilados.

Personas con riesgo de desnutrición:

Podemos enumerar un listado de características que hacen a un sujeto subsidiario de malnutrición:
  • Enfermos con patologías crónicas y anorexizantes con disturbios metabólicos.
  • Personas con enfermedades agudas con grandes pérdidas energéticas. (Politraumatismos, sepsis, grandes quemados, cirugía mayor).
  • Enfermedades cuya característica es la malabsorción. (E. de Crohn, colitis ulcerosa, síndrome del intestino corto...).
  • Miembros de grupos sociales marginales (drogadictos, alcohólicos crónicos).
  • Miembros de grupos sociales marginados (ancianos que viven solos).
Tratamiento de la malnutrición:

Una vez valorados todos los parámetros que nos indican que existe un estado de malnutrición o desnutrición, se debe actuar mediante recomendaciones dietéticas o insaturando una terapia con nutrición artificial.

Lo que nunca ha de pasarse por alto es el hecho de nutrir, ya que las consecuencias de la desnutrición, en muchos casos, van más lejos de lo previsible.



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