miércoles, 27 de noviembre de 2013

Enfermedad inflamatoria intestinal (EII)

La enfermedad inflamatoria intestinal es una patología inflamatoria autoinmune, de causa desconocida, que alterna períodos de remisión y actividad (brotes). Tanto la enfermedad de Crohn (EC) como la colitis ulcerosa (CU) son enfermedades inflamatorias que afectan al aparato digestivo. Presentan diferencias desde un punto de vista clínico. La colitis ulcerosa afecta solamente a la mucosa del intestino grueso, mientras que la enfermedad de Crohn puede afectar a todo el aparato digestivo, desde la boca asta el ano, y puede ser continua o no.

La EII se asocia con un riesgo elevado de malnutrición, presentando síntomas como fiebre, diarrea, dolor abdominal, anorexia, anemia, descalcificación de los huesos, adelgazamiento, retraso del crecimiento en niños y adolescentes,… como consecuencia de la propia enfermedad o del tratamiento farmacológico.
Toda desnutrición es consecuencia de un balance negativo entre las ganancias y pérdidas de nutrientes. En los pacientes que presentan enfermedad inflamatoria intestinal la desnutrición se produce fundamentalmente por cuatro mecanismos: disminución de la ingesta de alimentos, problemas de asimilación de los alimentos en el intestino, pérdidas de proteínas y otros elementos a través del tubo digestivo y aumento del consumo de energía (la inflamación consume gran cantidad de energía).
Por lo tanto, las pautas dietéticas deberán ir encaminadas a corregir los déficits nutricionales para recuperar un adecuado estado nutritivo. Esto se consigue con una dieta lo más variada posible, poniendo especial atención en la ingesta de proteínas, calcio y hierro.
  • Las fuentes principales de proteínas son la leche y sus derivados, los huevos, las carnes y los pescados de todo tipo y las legumbres.
  • Las fuentes de calcio por excelencia son la leche y los derivados lácteos.
  • Las fuentes de hierro son las carnes rojas, el hígado, las legumbres (lentejas, judías, garbanzos), algunos cereales, los frutos secos, vísceras o derivados, mariscos, huevos, germen de trigo y algunas verduras (espinacas, acelga, brocoli,...).
En caso de un brote inflamatorio se evitará tomar aquellos alimentos que sepamos con certeza que aumentan los síntomas de la enfermedad. El empeoramiento de un síntoma después de la ingesta de un alimento determinado puede producirse por casualidad. Por lo tanto, se puede correr el riesgo de acabar haciendo una dieta monótona y deficiente.
Los alimentos que normalmente plantean dudas en los pacientes son los lácteos y la fibra.
  • No hay ningún fundamente científico que prohíba tomar lácteos a los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Por lo tanto los pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa solo deben limitar el consumo de leche durante los brotes cuando el consumo aumenta claramente los síntomas.
  • Durante los brotes de enfermedad inflamatoria intestinal es aconsejable hacer una dieta pobre en residuos, sobre todo para aquellos pacientes  con enfermedad de Crohn que presentan estenosis intestinales, o en los brotes de colitis ulcerosa grave o extensa.
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