Toda desnutrición es consecuencia de un balance negativo
entre las ganancias y pérdidas de nutrientes. En los pacientes que presentan enfermedad
inflamatoria intestinal la desnutrición se produce fundamentalmente por cuatro mecanismos:
disminución de la ingesta de alimentos, problemas de asimilación de los
alimentos en el intestino, pérdidas de proteínas y otros elementos a través del
tubo digestivo y aumento del consumo de energía (la inflamación consume gran
cantidad de energía).
Por lo tanto, las pautas dietéticas deberán ir
encaminadas a corregir los déficits nutricionales para recuperar un adecuado
estado nutritivo. Esto se consigue con una dieta lo más variada posible, poniendo especial atención en la ingesta de proteínas, calcio y hierro.
- Las fuentes principales de proteínas son la leche y sus derivados, los huevos, las carnes y los pescados de todo tipo y las legumbres.
- Las fuentes de calcio por excelencia son la leche y los derivados lácteos.
- Las fuentes de hierro son las carnes rojas, el hígado, las legumbres (lentejas, judías, garbanzos), algunos cereales, los frutos secos, vísceras o derivados, mariscos, huevos, germen de trigo y algunas verduras (espinacas, acelga, brocoli,...).
En caso de un brote inflamatorio se evitará tomar aquellos
alimentos que sepamos con certeza que aumentan los síntomas de la enfermedad.
El empeoramiento de un síntoma después de la ingesta de un alimento determinado
puede producirse por casualidad. Por lo tanto, se puede correr el riesgo de
acabar haciendo una dieta monótona y deficiente.
Los alimentos que normalmente plantean dudas en los
pacientes son los lácteos y la fibra.
- No hay ningún fundamente científico que prohíba tomar lácteos a los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Por lo tanto los pacientes con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa solo deben limitar el consumo de leche durante los brotes cuando el consumo aumenta claramente los síntomas.
- Durante los brotes de enfermedad inflamatoria intestinal es aconsejable hacer una dieta pobre en residuos, sobre todo para aquellos pacientes con enfermedad de Crohn que presentan estenosis intestinales, o en los brotes de colitis ulcerosa grave o extensa.
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