domingo, 24 de noviembre de 2013

Dieta para pacientes con Diabetes Mellitus tipo II


La dieta es un componente vital del programa para el control de la diabetes. Para los pacientes con diabetes mellitus tipo 2, el plan alimentario ayudará a mantener un peso correcto, y hará un balance entre los alimentos y la insulina que el cuerpo es capaz de producir.

Las personas que padecen diabetes mellitus tipo 2 no necesitan inyectarse insulina, ya que su cuerpo sí la produce aunque no funcione correctamente. Por eso el control del peso y una dieta adecuada son muy importantes en este tipo de enfermedad para controlar el nivel de azúcar en sangre.

La mayoría de personas que padecen diabetes tipo 2 son adultos con sobrepeso, con lo que un primer paso del tratamiento será adelgazar.
Además, se pueden mejorar los niveles de azúcar en sangre siguiendo una dieta baja en calorías y carbohidratos de absorción rápida y que contenga grasas monoinsaturadas saludables.


Pirámide de la alimentación saludable




La cantidad de cada tipo de alimento que usted debe comer depende de:


· Su dieta


· Su peso


· La frecuencia para hacer ejercicio


· Otros riesgos para la salud.


En la pirámide de alimentos para la diabetes, los grupos de alimentos se basan en el contenido de carbohidratos y proteína en lugar del tipo de alimento. Una persona con diabetes debe comer más de los alimentos que se encuentran en el fondo de la pirámide (granos, legumbres, verduras u hortalizas) que los que están arriba (grasas y dulces). Esta dieta le ayudará a mantener el corazón y los sistemas corporales saludables.
Al establecer una dieta a un diabético hemos de tener en cuenta dos cosas, huir de dietas demasiado estrictas y adaptarlas a la forma de vida y costumbres del paciente. Son objetivos de la dieta:

-          Conseguir un peso ideal. En niños un crecimiento y desarrollo normales.
-          Una distribución de la ingesta de forma adecuada a lo largo de las 24 horas.
-          Evitar la sobrecarga de carbohidratos de absorción rápida.
-          Mantener un balance nutritivo a largo plazo.

La dieta debe guardar las siguientes proporciones:

-          Proteínas (20-25 %): el aporte debe ser similar al de individuos no diabéticos en cantidad y en calidad. El niño en crecimiento precisa 2,5g/kg de peso. En conjunto 1g de proteínas/kg de peso en el adulto suele ser suficiente, siempre que la mitad de tales proteínas sean de origen animal.
-          Hidratos de Carbono (45-50%): es preciso separar los de absorción rápida y los de absorción lenta. deben prohibirse todos aquellos de absorción rápida ricos en sacarosa (dulces, pastelería, etc.) a fin de evitar los grandes cambios en la concentración de la glucemia. De ser en alguna ocasión incluidos deben simultanearse con otro tipo de comida, ya que la composición del bolo alimenticio influye en la rapidez de la absorción. La mayor proporción de hidratos de carbono, no obstante, debe ser aportada en forma de alimentos de absorción lenta y ricos en fibra (celulosa, hemicelulosa, petina, lignina, guan…) que tienen las siguientes propiedades:

o   Retrasan la absorción de otros hidratos de carbono, por lo que evitan hiperglucemias bruscas.
o   Retrasan la absorción de grasas y evitan por ello el aumento en los niveles de triglicéridos.
o   Permiten dar mayor cantidad de alimento e incluso reducir la dosis de insulina.

Son ricos en fibras las legumbres, los tubérculos, la fruta, la verdura y el pan integral.

-          Grasas (30-35%): El diabético está expuesto a padecer de arterioesclerosis con mayor probabilidad y de forma más precoz. Así mismo a dislipemias con predominio de hipertrigliceridemias que pueden ser factor de riesgo al asociare a descensos de la HDL colesterol. Es por ello, que el aporte de grasa debe seguir las normas referidas a propósito del tratamiento de las dislipemias: a) reducción de las grasas saturadas, por lo que hay que evitar las grasas animales a expensas de las grasas vegetales, aceites mono o poliinsturados y pescado; B) Reducción del aporte de colesterol para lo que no deben pasar de dos huevos semanales.
En síntesis, las proteínas deben ingerirse a expensas de carnes magras de vaca, pollo o pavo (sin piel) y pescado; evitar la carne de cerdo, embutidos, otros derivados del cerdo, vísceras animales, la leche entera y derivados como el queso, etc. y sustituir la grasa animal por aceite de oliva o vegetal, leche desnatada, margarinas, queso blando, yogurt desnatado, etc.

Respecto a su distribución en las comidas:

-          Desayuno: 20%
-          Media mañana: 10%
-          Comida: 30%
-          Merienda: 10%
-          Cena: 20-25%

DIETA NIÑOS:
Las dietas de moda, que casi siempre resultan pasajeras, no son recomendables para niños con diabetes tipo 2. El tratamiento de la diabetes exige adoptar un programa de dieta y ejercicios que debe seguirse durante toda la vida. Una dieta que pone énfasis en la reducción de las calorías, especialmente las que provienen de las grasas, tiene muchas más probabilidades de mantenerse durante el transcurso de los años que las que cambian drásticamente lo que el niño está acostumbrado a comer.  Cuando la dieta y los ejercicios no son suficientes para que la glucosa regrese a su nivel normal, se recurre a los agentes hipoglucémicos orales. La meta debe ser llegar a un peso saludable, la mayoría de los niños con diabetes tipo 2 son obesos por lo que deben aumentar la actividad física.

DISTRIBUCIÓN DE LA INGESTA:
En general se deben hacer entre 4-6 tomas al día. Los componentes alimentarios de cada una de ellas deberán adaptarse a las características propias de la persona y de acuerdo con su actividad física y reposo.
Es imprescindible hacer todas las comidas y respetar lo más posible los horarios para el correcto control metabólico.
Los niños con diabetes tipo 2 presentan retos especiales. Los planes de comidas deben tener en cuenta la cantidad de calorías que los niños necesitan para crecer. Los niños a menudo requieren tres comidas pequeñas y tres refrigerios para satisfacer las necesidades calóricas.

-          IMPORTANCIA DEL EJERCICIO:
Para que el ejercicio sea beneficioso se precisa la existencia de cantidades adecuadas de insulina.
La persona diabética para mantener el equilibrio de la glucosa debe reducir la dosis de insulina y ajustar la dieta en relación con el esfuerzo físico a realizar, para evitar, una hipoglucemia.

Otra clave para tratar la diabetes mellitus además de una buena dieta es llevar unos buenos hábitos como eliminar el alcohol y el tabaco.
Los efectos perjudiciales del tabaco son conocidos por todos (ataques cardíacos, infartos cerebrales, problemas circulatorios en las piernas, cáncer, etc.) pero en personas con diabetes que fuman, el riesgo de sufrir alguna de estos problemas no se suma sino que se multiplica puesto que está sometido a sus vasos sanguíneos a un doble efecto perjudicial.
 Así, un diabético, que fuma debe saber que está poniendo en peligro su vida mucho más que una persona no diabética.
El tabaco provoca vasoconstricción, las venas y arterias se contraen y, por tanto, retrasa la acción de la insulina.


No es recomendable el consumo de alcohol, sobre todo bebidas dulces y de alta graduación como los licores. En cualquier caso consulte a su médico.

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