jueves, 28 de noviembre de 2013

Consejos de alimentación para pacientes con Esclerosis Múltiple (EM)

 
La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria del sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal). Esta inflamación destruye las vainas de mielina que rodean el axón de las neuronas. Se desconoce su etiología, pero se sabe que es una enfermedad autoinmune causa de un posible factor medioambiental. Los síntomas más frecuentes de esta patología son: cansacio, depresión, fatiga, visión borrosa, problemas en el habla, temblores, debilidad de los miembros, pérdida de fuerza o de sensibilidad en alguna parte del cuerpo, vértigo o falta de equilibrio, sensación de hormigueo o entumecimiento, problemas de control urinario y dificultad para andar o coordinar movimientos.


La base de la alimentación deber ser una dieta variada, rica y equilibrada. Esta es la mejor premisa para asegurar un aporte de todos los elementos que necesita el organismo.
  • Se debe evitar el sobrepeso o las dietas de adelgazamiento. Un exceso de peso o delgadez repercuten negativamente en la enfermedad.
  • El desayuno debe ser copioso y con alto valor energético. Se puede empezar el día con un yogur desnatado, leche desnatada o leche de soja con muesli. No hay que olvidar una o dos rebanadas de pan con aceite de oliva y un poco de mermelada.
  • Las comidas restantes a lo largo del día han de ser ligeras, consumiendo raciones pequeñas. Procurar comer en un ambiente cómodo y agradable, sin agobios, masticando lentamente y saboreando las comidas. Hay que evitar las comidas rápidas e hipercalóricas.
  • El agua es un nutriente indispensable para nuestro cuerpo. Hay que beber al menos un litro de líquidos al día (agua y zumos naturales).
  • Utilizar aceite de oliva viergen de modo habitual.
  • Para los adultos es preferible la leche desnatada o semidesnatada. Se puede intercalar leche de soja.
  • Aumentar el consumo de fibra a partir de alimentos de origen vegetal: pan, cereales, legumbres, verduras, hortalizas y frutas.
  • Consumir legumbres (alubias, garbanzos, lentejas, etc.) dos veces por semana a lo largo de todo el año.
  • Consumir más salmón y otros pescados azules como sardinas, anchoas, caballa o atún.
  • Procurar comer poca sal.
  • Las carnes más recomendables son el pavo y el pollo sin piel o la ternera.
  • Es aconsejable acompañar las comidas copiosas con una copa de buen vino.
Para preservar las vitaminas:
  • Comprar verduras frescas o congeladas. Las frescas se deben consumir rápidamente, pues pierden propiedades con el almacenamiento y el tiempo en nevera.
  • Las verduras congeladas o ultracongeladas conservan intactas las propiedades de los nutrientes excepto las de las vitaminas B y C, ambas hidrosolubles, y por tanto más sensibles al proceso de congelación.
  • Lavar las verduras a conciencia para quitar la suciedad, los restos de tierra, los productos tóxicos o los insecticidas.
  • No se debe pelar las frutas y verduras que se pueden consumir con piel, ya que en la piel se concentra la mayor parte de los nutrientes.
  • Es preferible cocer las patatas con piel. Preparar los zumos de frutas justo antes de consumirlos, evitando la pérdida de vitaminas.
  • Hay que evitar el consumo de tabaco y de alcohol, puesto que aumenta la necesidad de vitaminas.
Para más información consular el siguiente libro: "Alimentación sana para la esclerosis múltiple"

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