La
dieta es un componente vital del programa para el control de la diabetes. Para
los pacientes con diabetes mellitus tipo 2, el plan alimentario ayudará a
mantener un peso correcto, y hará un balance entre los alimentos y la insulina
que el cuerpo es capaz de producir.
Las personas que padecen diabetes mellitus tipo 2 no necesitan inyectarse insulina, ya que su cuerpo sí la produce aunque no funcione correctamente. Por eso el control del peso y una dieta adecuada son muy importantes en este tipo de enfermedad para controlar el nivel de azúcar en sangre.
La mayoría de personas que padecen diabetes tipo 2 son adultos con sobrepeso, con lo que un primer paso del tratamiento será adelgazar.
Además, se pueden mejorar los niveles de azúcar en sangre siguiendo una dieta baja en calorías y carbohidratos de absorción rápida y que contenga grasas monoinsaturadas saludables.
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Pirámide de la alimentación saludable |
La cantidad de cada tipo de alimento que usted debe comer depende de:
· Su dieta
· Su peso
· La frecuencia para hacer ejercicio
· Otros riesgos para la salud.
En la pirámide de alimentos para la diabetes, los grupos de alimentos se
basan en el contenido de carbohidratos y proteína en lugar del tipo de
alimento. Una persona con diabetes debe comer más de los alimentos que se
encuentran en el fondo de la pirámide (granos, legumbres, verduras u
hortalizas) que los que están arriba (grasas y dulces). Esta dieta le ayudará a
mantener el corazón y los sistemas corporales saludables.
Al establecer una dieta a un diabético hemos de tener en cuenta dos
cosas, huir de dietas demasiado estrictas y adaptarlas a la forma de vida y
costumbres del paciente. Son objetivos de la dieta:
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Conseguir un peso ideal. En niños un crecimiento y desarrollo normales.
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Una distribución de la ingesta de forma adecuada a lo largo de las 24
horas.
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Evitar la sobrecarga de carbohidratos de absorción rápida.
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Mantener un balance nutritivo a largo plazo.
La dieta debe guardar las siguientes proporciones:
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Proteínas (20-25 %): el aporte debe ser similar al de individuos no
diabéticos en cantidad y en calidad. El niño en crecimiento precisa 2,5g/kg de
peso. En conjunto 1g de proteínas/kg de peso en el adulto suele ser suficiente,
siempre que la mitad de tales proteínas sean de origen animal.
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Hidratos de Carbono (45-50%): es preciso separar los de absorción rápida
y los de absorción lenta. deben prohibirse todos aquellos de absorción rápida
ricos en sacarosa (dulces, pastelería, etc.) a fin de evitar los grandes
cambios en la concentración de la glucemia. De ser en alguna ocasión incluidos
deben simultanearse con otro tipo de comida, ya que la composición del bolo
alimenticio influye en la rapidez de la absorción. La mayor proporción de
hidratos de carbono, no obstante, debe ser aportada en forma de alimentos de
absorción lenta y ricos en fibra (celulosa, hemicelulosa, petina, lignina,
guan…) que tienen las siguientes propiedades:
o Retrasan la absorción de
otros hidratos de carbono, por lo que evitan hiperglucemias bruscas.
o Retrasan la absorción de
grasas y evitan por ello el aumento en los niveles de triglicéridos.
o Permiten dar mayor cantidad
de alimento e incluso reducir la dosis de insulina.
Son ricos en fibras las legumbres, los tubérculos,
la fruta, la verdura y el pan integral.
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Grasas (30-35%): El diabético está expuesto a padecer de
arterioesclerosis con mayor probabilidad y de forma más precoz. Así mismo a
dislipemias con predominio de hipertrigliceridemias que pueden ser factor de
riesgo al asociare a descensos de la HDL colesterol. Es por ello, que el aporte
de grasa debe seguir las normas referidas a propósito del tratamiento de las
dislipemias: a) reducción de las grasas saturadas, por lo que hay que evitar
las grasas animales a expensas de las grasas vegetales, aceites mono o
poliinsturados y pescado; B) Reducción del aporte de colesterol para lo que no
deben pasar de dos huevos semanales.
En síntesis, las proteínas deben ingerirse a
expensas de carnes magras de vaca, pollo o pavo (sin piel) y pescado; evitar la
carne de cerdo, embutidos, otros derivados del cerdo, vísceras animales, la
leche entera y derivados como el queso, etc. y sustituir la grasa animal por
aceite de oliva o vegetal, leche desnatada, margarinas, queso blando, yogurt
desnatado, etc.
Respecto a su distribución en las comidas:
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Desayuno: 20%
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Media mañana: 10%
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Comida: 30%
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Merienda: 10%
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Cena: 20-25%
DIETA NIÑOS:
Las dietas de moda, que casi siempre resultan pasajeras, no son
recomendables para niños con diabetes tipo 2. El tratamiento de la diabetes
exige adoptar un programa de dieta y ejercicios que debe seguirse durante toda
la vida. Una dieta que pone énfasis en la reducción de las calorías,
especialmente las que provienen de las grasas, tiene muchas más probabilidades
de mantenerse durante el transcurso de los años que las que cambian
drásticamente lo que el niño está acostumbrado a comer. Cuando la dieta y los ejercicios no son
suficientes para que la glucosa regrese a su nivel normal, se recurre a los
agentes hipoglucémicos orales. La meta debe ser llegar a un peso saludable, la
mayoría de los niños con diabetes tipo 2 son obesos por lo que deben aumentar
la actividad física.
DISTRIBUCIÓN DE LA
INGESTA:
En general se deben
hacer entre 4-6 tomas al día. Los componentes alimentarios de cada una de ellas
deberán adaptarse a las características propias de la persona y de acuerdo con
su actividad física y reposo.
Es imprescindible
hacer todas las comidas y respetar lo más posible los horarios para el correcto
control metabólico.
Los niños con
diabetes tipo 2 presentan retos especiales. Los planes de comidas deben tener
en cuenta la cantidad de calorías que los niños necesitan para crecer. Los
niños a menudo requieren tres comidas pequeñas y tres refrigerios para satisfacer
las necesidades calóricas.
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IMPORTANCIA DEL EJERCICIO:
Para que el ejercicio sea beneficioso se precisa la existencia de
cantidades adecuadas de insulina.
La persona diabética para
mantener el equilibrio de la glucosa debe reducir la dosis de insulina y
ajustar la dieta en relación con el esfuerzo físico a realizar, para evitar,
una hipoglucemia.
Otra clave para tratar la diabetes mellitus además de una buena dieta es llevar unos buenos hábitos como eliminar el alcohol y el tabaco.
Los efectos perjudiciales del
tabaco son conocidos por todos (ataques cardíacos, infartos cerebrales, problemas
circulatorios en las piernas, cáncer, etc.) pero en personas con diabetes que
fuman, el riesgo de sufrir alguna de estos problemas no se suma sino que se
multiplica puesto que está sometido a sus vasos sanguíneos a un doble efecto
perjudicial.
Así, un diabético, que fuma debe
saber que está poniendo en peligro su vida mucho más que una persona no
diabética.
El tabaco provoca
vasoconstricción, las venas y arterias se contraen y, por tanto, retrasa la
acción de la insulina.
No es recomendable el consumo de
alcohol, sobre todo bebidas dulces y de alta graduación como los licores. En
cualquier caso consulte a su médico.